De pronto no puedo decirte
lo que yo te debo decir,
hombre, perdóname, sabrás
que aunque no escuches mis palabras
no me eché a llorar ni a dormir
Yo comprendo que muchos piensem,
y qué hace Pablo? Estoy aquí
si me buscar en esta calle
me encontráras con mi violín
preparado para cantar
y para morir.
No es cuestión a nadie,
ni menos a aquellos, ni a ti,
y si escuchas bien, en la lluvia,
podrás oír
que vuelvo y voy y me detengo.
Y sabes que debo partir.
Si no saben mis palabras
no dudes que soy el que fui.
No hay silencio que no termine
Cuando llegue el momento, espérame,
y que sepan todos que llego
a la calle, con mi violín.
Pablo Neruda
Nenhum comentário:
Postar um comentário